Un cúmulo de causas

Un día mi novio se encontró una bufanda. Otro día, perdí su bufanda, pero no muchos días más tarde, encontré yo otra.

Nos pasan cosas buenas y malas. Sólo hay que esperar a que vengan las buenas. Y en ese cúmulo de causas, haremos sonreir a aquellos que encuentren nuestras bufandas perdidas, y aquellos que las perdieron ya se verán recompensados por otros desdichados, que en un intento por no perder el tren que les llevaba a ver a su amada, olvidaron recojer su bufanda...