Obsolescencia programada

Por todos nuestros aparatos suicidas...

Una mañana de septiembre como otra cualquiera, mi movil decide que cuando llamo la gente no escucha lo que digo. Perfecto.

Al día siguiente, tampoco yo escucho lo que me dicen, y claro, una espera en el metro en solitario esperando a una amiga que no llega, que pueden ser dos cosas, o se a muerto por el camino, o no se acuerda (más probable tratandose de mi amiga).

Tercer día, se apaga solo, no se enciende.

Cuanto día, se enciende!! me apresuro a copiar algunos números de telefono. Por lo demás sigue como antes, pero encendido. Esa misma tarde me lo roban.

Bien uno puede pensar que Dios estaba a disgusto conmigo esa semana, conmigo, y con que duran los moviles más de dos años... que la moda cambia, y hay que presumir... Pues bien, esta vez no fue Dios ni la madre q lo parió, se llama capitalismo.

Pues eso, ya lo saben.